Bueno, no literalmente porque no es de gas, pero el cortocircuito que se produjo no sólo hizo saltar los plomos del piso sino también los de toda la escalera.
Incluso con el horno apagado, volvía a saltar el interruptor de potencia así que pensé que el horno había muerto.
Ya estábamos pensando en buscar sustituto pero antes de nada decidí desmontar el horno para ver qué estaba pasando. Sospechaba que era un problema de la resistencia pero para saberlo necesitaba abrirlo.
Para desmontarlo es bien sencillo. Esto sirve para cocinas en las que la encimera es una pieza independiente del horno pero en la que los mandos de esta se encuentran en el frontal junto con los del horno.
En primer lugar, y antes de tocar nada nos aseguraremos de cortar la luz y el gas. Desde hace unos años, en los pisos, el cuadro de luces tiene un interruptor de potencia específico para el horno o la cocina en general.
Seguidamente deberéis retirar los cuatro tornillos que collan el horno al mueble y que están en el marco
Aquí tenéis el detalle de uno de ellos.
Una vez retirados los tornillos es posible mover el horno para sacarlo pero las varillas que conectan los mandos con los fogones os impedirán extraerlo completamente. Son guías telescópicas y tienen un cierto recorrido así que podrás extraer el horno unos cuantos centímetros. Lo suficiente para acceder al pasador que os permitirá liberar la varilla.
Este es el detalle del pasador. Abajo tenemos la guía que va al mando giratorio del gas de uno de los fogones y arriba -en engro- el plástico que lo une con la varilla de regulación de caudal de gas del fogón.
Este pasador se retira con facilidad pues está encajado a presión a través de un orificio. Tras extraer los cuatro, podemos retirar las varillas de su emplazamiento.
Ahora ya podemos sacar el horno. En mi caso no fue necesario retirarlo por completo porque enseguida vi lo que había pasado. Por lo visto es muy típico y no sé porqué los instaladores lo hacen tan chapuceramente.
El caso es que muchos hornos NO tienen un cable de enchufe a red convencional sino que tienen 3 cables pelados los cuales hay que llevar a la instalación. El grosor de los mismos es importante dado que la potencia -y por tanto la corriente- que consumen es elevada.
Para unir los cables del horno con la instalación de la casa se utiliza una regleta a la que se emplazan los cables y se atornillan para fijarlos.
Pues bien, la regleta es de plástico y los instaladores, después de empalmar todo como es debido, lo dejan en la parte superior del horno. Y aquí es donde está el problema porque el horno tiene resistencias en la parte superior e inferior y la temperatura que alcanzan estas partes son elevadas. Lo suficiente como para deformar plástico, y cómo no, la regleta.
Después de tiempo y tiempo de uso, al final la parte de la regleta que estaba en contacto con el horno acaba derritiéndose y la guía metálica interior acaba tocando el marco metálico del horno.
Por motivos de seguridad, todos los aparatos eléctricos domésticos tienen el chasis metálico conectado a tierra de forma que evitemos electrocución en caso de fugas.
En este caso, la mala pata fue que la parte metálica que tocó con el armazón del horno era una de las fases con lo cual se cortocircuitó con la toma de tierra haciendo saltar todo -hasta en la escalera-.
Aquí tenéis el detalle de cómo quedó la parte de la regleta que tocó el chasis del horno.
Por suerte este horno no tiene nada de electrónica y no se dañó nada así que bastaba con sustituir la regleta y volver a poner los cables en su sitio.
Para evitar que vuelva a pasar podemos utilizar una brida para collar la instalación a una parte menos caliente. Alternativamente podemos tirar los cables hacia atrás teniendo en cuenta que no toquen los tornillos con ninguna parte metálica.
